viernes, 27 de noviembre de 2015

Palacio de Justicia de Buga-Restauración en fotos


La Restauración del Palacio de Justicia de Buga en fotos.



El patio de la cárcel ( fines del siglo XIX) antes de iniciarse las obras.

Fachada del Cuartel de la Milicia durante la investigación


Sobre la carrera 14 se suceden fachadas de los siglos XVIII, XIX y principios del XX

Inauguración del Palacio de Justicia de Buga, marzo 16 de 1990.
Arriba. Roberto Salazar Manrique, Ministro de Justicia, Diego Salcedo Salcedo
y Gustavo Álvarez Gardeázabal, Alcalde de Tuluá.
Abajo. Ceremonia de inauguración.
Diego Salcedo con  José Manuel Arias Carrizosa, Viceministro de Justicia
y Carlos H. Morales, en una visita al Palacio de Justicia.

Izq. Torre de la Casa del Gobernador.
 Der. El patio colonial ya restaurado. Hoy despachan allí los juzgados civiles.




















El Palacio de Justicia de Buga- Restauración

      Restauración del Palacio de Justicia de Buga

Participación en la XII Bienal Colombiana de Arquitectura, 1990
Participación en la VII Bienal de Arquitectura de Quito, 1990  


           José Luis Giraldo y colaboradores: Levantamiento e investigación

           Diego Salcedo Salcedo: Proyecto y ejecución de la restauración


        
"En el año 1573, durante el protocolo de traslado de la ciudad de Buga al sitio que hoy ocupa, se asignaron solares para las casas del cabildo en la manzana del costado norte de la Plaza Mayor. El edificio del cabildo cumplió funciones de ayuntamiento y cárceles hasta finales del siglo XVIII, época en que construyó la casa del Alférez Real en el solar de la cárcel. A finales del siglo XIX se aprovechó el espacio que quedaba entre el cabildo y el cuartel ( cra. 14) para la construcción de un claustro que albergaría la cárcel en primera planta y las oficinas públicas en la segunda.


Cuando Buga fue capital de su propio departamento se inició la erección del Palacio de Gobierno para lo cual fue adquirida una casa vecina sobre la plaza. La Gobernación comenzó su construcción desde occidente hasta oriente hasta terminar por absorver las antiguas casas del cabildo en los albores del siglo XX.




Hoy se puede apreciar un conjunto de edificaciones en donde coexisten la fachada del período colonial con el eclecticismo del Siglo XIX y lo neoclásico del ingeniero Joseph Viner, quien viajara a Buga para la edificación de la Basílica del Señor de los Milagros.

El Gobierno Nacional resolvió recuperar el conjunto para destinarlo integralmente a despachos del Poder Judicial."

( Texto Diego Salcedo Salcedo para el afiche de la XII Bienal Colombiana de Arquitectura,
 1990)

Palacio de Justicia de Buga, antes y después de la restauración.

..."La restauración ha respetado y destacado las distintas épocas arquitectónicas reponiendo los elementos faltantes con diseños similares, a primera vista, a los originales pero fácilmente identificables por el ojo del conocedor. La investigación más profunda " in situ" reveló la presencia de vanos de ventanas coloniales y alacenas en las tapias reutilizadas por la intervención neoclásica y se repusieron esos elementos para que sea posible leer el proceso histórico del edificio. Igualmente, al retirar pañetes en los vanos de fachada del Cuartel de Milicias- horadada inmisericordemente en el curso de dos siglos- pudo establecerse su fisonomía original.

En efecto, aparecieron las evidencias de un gran balcón que corrió sobre la portada a lo largo de nueve metros y que había sido cercenado antes de todo testimonio gráfico conocido. Repuesto el balcón y los dos laterales que lo enmarcan y cerrados los vanos espurios, la fachada recobró su carácter colonial y sobre la carrera 14 se explicitaron en sucesión norte-sur las arquitecturas del Siglo XVIII, la del XIX y la de principios del XX."

(Texto Diego Salcedo Salcedo para la revista ESCALA 141.)



miércoles, 18 de noviembre de 2015

La Plaza de Mercado SATÉLITE de Buga


La Plaza Satélite.



Diseñada y construida en el año de 1959,  por la firma   
  " Salcedo, Lozada y Rivera"   ( Diego Salcedo , Sergio Lozada y  Emiro Rivera).


Las fotografías que se exponen a continuación, del proceso de construcción de la Plaza Satélite, son sacadas del archivo personal de Diego Salcedo Salcedo, tomadas por el Ingeniero Edgar Caldas, calculista de la obra.


 


 






















martes, 17 de noviembre de 2015

Guadalajara de Buga y su arquitectura- Apuntes 19 PUJ



Este es el link para acceder a la revista Apuntes 19 de la Universidad Javeriana  y el artículo "Guadalajara de Buga y su arquitectura" de Jaime Salcedo Salcedo, Diego Salcedo y Juan José Salcedo.


lunes, 16 de noviembre de 2015

La Catedral de San Pedro de Buga -fotos


La Catedral de San Pedro de Buga en fotos



La Catedral vista desde diferentes ángulos.


Izq. Las escaleras que dan al coro. ( Foto Vane, Buga por Siempre).
Der. arriba, esquina calle 6, cra, 15. Der. abajo, desde el costado occidental de la
carrera 15.


Izq. Espadaña  de la Catedral. Foto Lucía Roldán
Der. La puerta que da al jardín interior. Foto Josefina Salcedo.


 
El trazado de la Iglesia fue orientado de acuerdo con la astrología del día de Nuestra Señora de la Victoria,
de tal manera, que el 17 de mayo, entre 5 y 6 de la tarde, la luz del sol penetra por el ojo de buey, situado
encima de la puerta principal ( ver fotos arriba) hasta situarse exactamente en el centro del Sagrario.

"Recuerdos de mi pueblo" Estampas en sepia I- Acuarela

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985


Acuarela


Una morena jechona viene del río, calle arriba hacia la plaza. Descalza, falda estampada medio luto, blusa blanca, pañolón negro de flecos. La larga trenza entrecana hace un moño en la cabeza y sobre el moño un rodete de trapos que recibe y equilibra el atado de ropa lavada y recién secada al sol sobre la playa.

Dos o tres pasos adelante, una muchacha con bata entera de tela indefinible, manga corta, piernas largas y otro atado de ropa, más pequeño, a la cadera.

Las veo venir desde lejos por la otra acera y las detallo cuando pasan frente a los balcones de misiá Carmen Crespo. Van hablando en voz alta, sobre todo la vieja, de las cosas de la vida, pero la retahila que llevan se interrumpe a ratos y da paso a un regaño para la muchacha por cualquier cosa.

Las sigo con la vista hasta que cruzan al llegar a la plaza y me quedo allí, en el andén y recostado al poste de la luz, que suena con timbre de campana cuando lo golpeo con mi corozo de puerco.



El Hostal del Regidor



El Hostal del Regidor

Restauración 1984


La idea de restaurar el edificio donde funciona el Hostal del Regidor surgió del grupo de estudio " El Corrillo de Panduro", formado por los arquitectos Diego Salcedo S. , Alvaro Márquez S. , Rodrigo Varela A., Beatriz Sanclemente M.  y Jimena Sanclemente T., como resultado del análisis de la necesidad de asumir racionalmente la condición de Monumento Nacional del casco tradicional de Buga y del aumento del flujo de peregrinos por el turismo religioso alrededor del culto del señor de los Milagros.

El edificio es un ejemplo del neoclásico bugueño, construído para don Marcos Cabal por el Hermano Silvestre ( Joseph Viner, ingeniero alemán, redentorista constructor de la basílica del Señor de los Milagros) hacia el año de 1910, situado en la esquina de la Cra. 13 con calle primera, frente al Parque Bolívar.


Arr. izq. Hostal de Regidor, esquina calle 1 carrera 13.
Arr. Der. Fachada sobre la carrera 13.
Abajo. Fachada desde el Parque Bolívar.







La Casa Cural de Guacarí

 La restauración de la Casa Cural de Guacarí

                               

Arquitectos:
Diego Salcedo Salcedo
Enrique Sinisterra O´Byrne
Jaime Salcedo Salcedo
José Luis Giraldo


"La casa, en su aspecto actual, data de fines del siglo XVIII. Los detalles estilísticos obedecen a la influencia de la arquitectura bugueña de ese siglo: las celosías del barandal de la segunda planta se encuentran en el claustro de San Francisco y en la Iglesia de San Pedro, en Buga; el diseño de los pisos de ladrillo, exágonos alargados y cuadrados dispuestos alternadamente, es igual al de la galería del citado claustro franciscano; los canes de los aleros también parecen bugueños, y de la región son los pilares con astrágalos múltiples. Quizás el arquitecto de la Parroquial de San Pedro de Buga, Miguel Ramos, intervino también en los otros dos edificios después del terremoto de 1766.



Lo más interesante de la casa es la planta, con galerías de arcos en sus tres costados principales y habitaciones en el centro y en las esquinas ( la escalera ocupa el equivalente de una de ellas), que ha hecho pensar, equivocadamente, en una planta períptera. El salón de la segunda planta, con galerías en tres costados ( uno de ellos fue transformado en una habitación posteriormente) es también típico de casas hacenderas bugueñas. La restauración incluyó el arreglo general de cubiertas y la consolidación de los muros, que amenazaban ruina; la demolición de los tabiques que tapiaban la galería del norte y los corredores del patio posterior de la casa, y los cuartos de depósito adosados al aljibe; la supresión de los poyos que cerraban los intercolumnios de las galerías del primer piso; la reposición de la altura primitiva de la tapia que cierra el solar hacia la plaza y de los vanos de puertas y ventanas alterados, para rescatar las proporciones y ritmos originales; el saneamiento de los pilares del segundo piso, cuyas bases estaban podridas por la humedad ( fue preciso bajarlos para ensamblarles nuevas bases) ; la reconstrucción de las partes que faltaban a la baranda y a los pisos; la limpieza de la ornamentación pintada en el pilar central del salón del primer piso y en las molduras de la artesa del salón superior, paciente trabajo que realizó la señorita Carmen Sofía Reyes; la elaboración del proyecto de revitalización de la casa, cuyas construcciones complementarias quedaron terminadas.

Izq. Casa cural de Guacarí, fachada que da a la plaza.
Der. El ala sur de la casa.
Se encontraron en los muros vestigios de pinturas murales- frisos dibujados con plantillas, cuyo diseño responde a los gustos de principios de este siglo- de los cuales se dejó un testigo en la galería del segundo piso. También aparecieron ánforas pintadas sobre la madera de una de las puertas, a todas luces del siglo XVIII.

El cuarto agregado en el ala sur de la galería superior, fue respetado; los restauradores estimamos que su volumen, el balconcito que da al solar y el alero que lo cubre, aumentan interés  a la casa."

(Texto Jaime Salcedo Salcedo, para la revista ESCALA 84/85)








sábado, 14 de noviembre de 2015

La Catedral de San Pedro de Buga IV

La Restauración en fotos (2)



Restauración de los pisos


Restauración del baptisterio




La Catedral de San Pedro de Buga III


La Restauración en fotos


1880- Luciano Rivera y Garrido nos dejó esta foto de la plaza de Buga, sin modificaciones desde el siglo XVIII.
En primer plano, la casa de Rodrigo de Fuenmayor, al fondo, la " remodelada" Torre Mudéjar de
San Francisco, antes Iglesia de la Compañía. ( Texto Diego Salcedo Salcedo)

1940- Antes de las reformas sufridas en esta década, la portada lateral conservaba los hermosos modillones
de sus bases, pero las puertas originales han sido cambiadas por otras nuevas, mientras el piso de ladrillo
es cubierto por otro de baldosín multicolor. " El Valle del Cauca" de E. Caballero Calderón, Ediciones
Guadarrama, Madrid 1956. Lámina 48. ( Texto  Diego Salcedo Salcedo)


1945- Aspectos contradictorios en las reformas de estos años:  la limpieza de la fachada puso de manifiesto
la hermosa factura de la portada y aseguró la supervivencia de la Iglesia contra la voluntad de quienes querían
derribarla, pero durante años el ladrillo desnudo modificó la fisonomía original del monumento y algunos
detalles fueron variados radicalmente.

Izq.- Los retablos habían sido despojados de sus molduras y ocultados bajo el barniz y el yeso.
Der.- El retablo del Altar Mayor, en proceso de restauración. Las réplicas de las molduras originales
han sido colocadas en su sitio, mientras los nichos han sido retirados para limpiar las capas de yeso
y pintura que cubrían sus decorados. Las columnas, que tenían tallas barrocas, fueron alisadas bárbaramente.
Solo el ostensorio se salvó de la catástrofe. ( Textos Diego Salcedo Salcedo)
El altar fue despojado de sus tallas y molduras, que fueron sustituidas por otras. El despojo, sin embargo, no fue total,
y en los rincones poco visibles quedaron trozos de molduras que sirven de base para la restauración y permanecen
en su sitio como testigos. Huellas de las tallas, de diseño similar a otras no destruídas, completan los datos necesarios.
( Texto Diego Salcedo Salcedo)



La Catedral de San Pedro de Buga- II

La Catedral de San Pedro de Buga

Reseña Histórica ( 2)

Diego Salcedo Salcedo

Buga, Junio 29 de 1977




La Restauración

Sería largo contar lo que sufrió la Iglesia después de don Miguel. Baste decir que, cuando estaban de novios nuestros padres, la cerraron al culto para acentuar su vejez y abrir camino al proyecto de un templo seudogótico que la reemplazaría. Se salvó de milagro como se salvaron de milagro el púlpito de la Ermita, traído acá por el buen Tomás Quintero, y el cuadro de San Antonio, que fue de los Jesuítas y ahora despista a los entendidos porque su factura lo hace posible obra salida del taller de Murillo o de algún su aventajado discípulo.

Izq. El artista Dolcey Vergara y el Párroco de la Iglesia Parroquial, Pbro. Plinio Quintana, durante la restauración.
Der. El equipo restaurador y el Párroco, el día que terminaron la obra.

Un día resolvimos restaurarla con la ayuda de todos, don Modesto Cabal y Cayetano Delgado a la cabeza, y me tocó el encargo que lo encaré con más atrevimiento que sapiencia. A medias vueltas me dí cuenta de que la empresa era seria y tuve que meterme de narices en textos y en archivos y llamar en mi auxilio al arte de Dolcey Vergara porque los retablos empezaron a develar sus tesoros ocultos bajo el barniz y el yeso y me asaltó la angustia de no saber qué hacer, mientras me acicateaba el entusiasmo por salir  adelante, Del retablo mayor se bajó un día Dolcey con un infarto que casi se lo lleva. Pero se levantó, a Dios gracias, y pudimos acabar lo comenzado, aunque a medias pues llegó a buena hora el primer Obispo de Buga y no estaban las cosas como para dilatar la consagración del Prelado por culpa nuestra y de la plata escasa. Con las carreras nadie se percató de que la nueva Catedral también debía ser consagrada porque no se encontró vestigio alguno ni referencia de que lo hubiera sido antes, y en ese punto estamos, preparándonos para la ceremonia durante la celebración de los primeros diez años de la Diócesis y llamando de nuevo a los que ayudan a ver si rematamos lo que falta, en este 29 de junio del año de 1977, Festividad de San Pedro y San Pablo.



Monseñor Julián Mendoza Guerreo, Primer Obispo de Buga y Diego Salcedo, muestran la Catedral al Nuncio Apostólico.













La Catedral de San Pedro de Buga I


La Catedral de San Pedro de Buga

Reseña Histórica

Diego Salcedo Salcedo
Buga, Junio 29 de 1977


La Fundación

La Catedral de Buga, antigua Iglesia Parroquial de San Pedro o Iglesia Matriz, se fundó en las últimas décadas del Siglo XVI en el mismo acto ceremonial que dio vida a la nueva ciudad, cuando los conquistadores demarcaron la Plaza y asignaron los solares para la Iglesia, el Cabildo y las casas de las personas principales.

Debemos suponer que la construcción se inició inmediatamente, aunque con pretensiones mucho más modestas aun que las actuales porque los fundadores venían de varias décadas de deambular con Buga en sucesivos asentamientos sobre la Cordillera Central, la que resultó inhóspita de clima y peligrosa por las cruentas incursiones de los pijaos. Cuando resolvieron bajar al valle, junto al Río de las Piedras, Guadalajara después, no rodaron con mejor fortuna para escoger el sitio porque lo hicieron en la margen izquierda y bastante río abajo hacia el Cauca, donde el terreno, aun hoy, es pantanoso e inundable y hubieron de abandonarlo a los dos años para situarse donde ahora estamos.

Con tantas idas y venidas, la primera fábrica debió tener mucho de provisional y deleznable, porque no era cosa de andar derrochando esfuerzo sin antes convencerse de que era esta la tierra prometida para Guadalajara de la Victoria. Y así debió permanecer por muchos años la iglesita, decentemente pobre, hasta que los temblores, tan sonados antes, impusieron algo mejor hecho luego de que Buga se estabilizó como poblado.


Catedral de Buga , 1890

La Gente

Porque si bien ya era adecuado el sitio, los bugueños no resultaron muy aficionados a hacer huesos viejos en su pueblo, vicio que todavía no dejan, y andaban por todo el valle diciéndose bugueños pero presumiendo de vivir en Cali, o en Folleco, en Guabas, Amaime, Toro o Llanogrande. Así somos y seremos porque lo que se hereda no se hurta.

A tal extremo llegaron que varias veces el Gobernador de Popayán tuvo que llamar al orden a los principales para que cumplieran con su obligación de pobladores en lugar de dejar abandonada y a medio hacer la presuntuosa fundación, que estaba vacía de casas y vecinos pero ya se llamaba Ciudad. Así, con mayúscula. Las ciudades vecinas, ni cortas ni perezosas, entendieron que Buga andaba débil de dueños que la sintieran suya y empezaron a correr los cercos alegando pretendidos derechos sobre tierras colindantes cuyo dominio malamente ejercíamos. Los anaqueles se llenaron varias veces de papelotes y alegatos, testimonio y recuerdos validados como prueba en vista de que las Actas y las Reales Cédulas, humedecidas y rotas, habían terminado por desaparecer y con ellas los títulos obtenidos y las armas recibidas según la memoria de los más viejos. Gracias a esos pleitos se levantaron los primeros mapas de esta tierra desde más allá del Río de la Vieja hasta las vecindades de Popayán, que sirvieron para establecer, por siempre jamás y hasta que llegó la Independencia, los límites de Buga, los de Caloto y Cali, los de Toro y Cartago.


El Siglo XVIII y la madurez urbana

Según dicen quienes lo averiguaron, apenas metidos ya en el Siglo XVIII se resolvieron los bugueños a techar con teja sus casas pajizas, como la Iglesia, que varias veces habían sido reparadas para que se tuvieran en pie. Fue entonces cuando Buga adquirió la fisonomía que le conocimos, o que le adivinamos completando con la imaginación sus calles alteradas, desmanteladas y rotas por los vientos de las modas sucesivas que llegaron con la República cuando el patriotismo consistía en remedar a Francia por fuera, aunque en los baúles y las normas se guardaran intactas las rancias pruebas del linaje hispano. El choque entre lo uno y lo otro desbarató a pedazos la ciudad, que quedó como libro viejo y en rústica para leer la historia de nuestros altibajos culturales, pero con lo que queda en pie, o en viejas fotos, se puede reconstruir con certeza una manera única de hacer la arquitectura, distinta entonces ¡ eso si ! de la de Cali, o Cartago, o las demás. Con todas las influencias formales de rigor, con los sistemas estructurales al uso, pero distinta.



Foto Luciano Rivera y Garrido


 En esas andaban cuando se movió la tierra por el tercer cuarto de Siglo y se vinieron abajo las techumbres de los templos y se rajó la tapia pisada de los muros, al hijo del doctor Ortiz Nagle tuvieron que bautizarlo en la plaza, bajo una tolda al pie de la espadaña de la arruinada San Pedro, y Buga aprovechó la coyuntura sísmica para acabar detalles de su fisonomía.


Don Miguel Ramos y Sebastián Usiña

Don Miguel Ramos fue el Mayordomo de Fábrica de la Iglesia Matriz durante la reconstrucción, quien aplicó su vida a regalarnos ese pequeño prodigio de buen gusto que es hoy la Catedral, y a fe que sus paisanos eran sensibles pues le reconocieron sus méritos colocando en el frontis, a manera de placa, una tabla grabada que expresa el agradecimiento ciudadano que ganó el Mayordomo. Allí estuvo la tabla por dos siglos hasta que el texto se vació en el mármol y la guardaron dentro de la Iglesia, sobre la puerta que da al patio, por preservarla contra el deterioro.

Don Miguel también quedó contento, y fue tanta su satisfacción que no aguantó las ganas de firmar en la obra con sus iniciales, talladas en las piedras grises que usó para aparejar la Puerta Mayor, donde logró una filigrana de texturas y de formas que no tiene su ancestro en otra parte.La influencia mudéjar se deja ver en celosías y estructuras, en los aleros enriquecidos por tallas singulares, en el ambiente todo de la Iglesia, pero la manera es nativa y es bugueña, verdadera creación estética hija de criollos y resultado de su mestizaje.

De Popayán trajeron a Sebastián Usiña- natural, precisan los papeles- a tallar el retablo mayor, a dorarlo y a pintar los nichos en su estilo, famoso ya en el Valle de Pubenza. Allá dejó aquel púlpito de San Francisco, admirado en el mundo y, como don Miguel, purificó las formas a su aire al punto de que el paso de su mano se reconoce al rompe en todo lo que hizo. Otros labraron los retablos laterales con no menos acierto y donosura, pero sus nombres se los llevó la trampa del tiempo, como le hubiera ocurrido al de don Sebastián si las cuentas de fábrica de la Iglesia Matriz no lo hubieran conservado hasta ahora, cuando volvió a la luz y su dueño no fue ya solamente " El Maestro de 1756", como decía la historia a falta de más datos.


El altar mayor de la Catedral de San Pedro de Buga. Foto Lucía Roldán M.



Terminaron después la sacristía, y no se apresuraron a demoler la antigua, que penetraba a la plaza, quizás porque el volumen le resultara amable a don Miguel, pero el Cabildo empezó con la necesidad de hacer meter las líneas y mandó recortar aquel turupe.

Si Ramos tuvo escuela y si fue suyo el resultado plástico o de un anónimo alarife que a su mando estuviera, no lo puedo decir. Lo deduzco porque el cargo de la Mayordomía debía exigir entonces dominio del oficio arquitectónico más que del administrativo, y los datos que quedan consignados son elocuentes. Lo cierto es que el bugueño puso su sello en toda la jurisdicción, fuese urbana o rural, repitiendo los modos de la Iglesia Matriz al punto de que, sin otros documentos, podríamos hoy restablecer los límites aquellos de los pleitos por el estudio crítico de las arquitecturas.

Se murió don Miguel ejerciendo su cargo, Ya estaban reparadas Santo Domingo y la Ermita y el estilo de Buga estaba impuesto en la Iglesia de la Compañía, o Iglesia de Jesús, hoy San Francisco, vecina a la casa de los Ramos que allí está todavía, con el diseño raro del alero, convertida en cochera. Doña Teresa de Ocasal, la viuda, al entregar las cuentas, que resultaron cojas, tuvo que suplicar por la memoria de su esposo porque era corto el plazo que le dieron para cubrir el alcance. Sic transit gloria mundi.


Antigua iglesia de Santo Domingo.

A lo mejor lo enterraron en la Parroquial, según era costumbre, y allí su huesa esté vecina de la del fundador o del Alcalde, el Cura o el Alférez Real, o la hayan desacomodado cuando pidieron sitio después Carlos Montúfar y los dos Cabal o don Luciano Rivera, conocido como literato pero aun por descubrir como fotógrafo. La Catedral, por tanto, es el osario de nuestra historia antigua.

Cómo quedó la Iglesia

La Catedral está sobre un solar entero, un cuarto de manzana que da sobre la plaza, pero la Puerta Mayor se abre a la calle que viene desde el río y así queda a la plaza la Puerta del Perdón, como en Caloto y Cartago, vaya usted a saber por qué.




Lo raro es que la Ermita, Santo Domingo y la Iglesia de Jesús, son paralelas a ella, cual si buscaran que los fieles en oración miren a Oriente. La Capilla del Carmen, hoy del Sagrario, lo mismo que la Sacristía, son perpendiculares a la nave y se meten al patio que antes fue un cementerio del común. Un amplio corredor de pies derechos hace la transición entre la nave y el jardín, al que accede por una puerta frontera a la dicha del Perdón para lograr así cambiar el aire y refrescarlo mientras desde la plaza se transparenta el templo y la vista se ahonda hasta las matas.



Interior de la Catedral. Foto página de Internet de la Alcaldía de Buga


La espadaña de la Catedral y la Puerta lateral, al fondo la puerta que da al jardín. Fotografías Buga por Siempre.


Las tres naves son unas gracias a la esbeltez del fuste de los pies de madera, y así el recinto favorece la participación total en los oficios desde donde quiera se esté. Rara premonición de la liturgia nueva que se aprecia en toda su funcionalidad cuando se mira el templo desde el segundo de los planos que tiene el presbiterio.

Un concepto valioso

Dijo Santiago Sebastián, prudente historiador a cuyo juicio me atengo: " Suele decirse que el monumento más representativo del arte vallecaucano es la Torre Mudéjar de Cali o quizá la Casa de Marisancena de Cartago, pero nadie ha pensado que el monumento más completo como definidor de las constantes artísticas de la arquitectura colonial del Valle es la Iglesia de San Pedro de Buga; además cuenta con la aportación de otras artes coloniales: pintura, imaginería, talla, orfebrería, etc.

Lástima que el tesoro artístico de la Catedral haya sufrido lamentable mengua con el robo sacrílego y apátrida de que fue víctima hace poco. Permanecen, a más de una pequeña pero rica pinacoteca, las imágenes de los retablos: San Pedro, cabeza, manos, varillas y vestido para tapar las varillas, preside desde el nicho central del retablo mayor; la Virgen del Rosario, de bulto, que fue de Santo Domingo, hace pareja con San José, de varillas y se colocan ambos a lado y lado del Expositorio; la Inmaculada legardiana reemplazo de la antigua imagen de Nuestra Señora de las Victorias, patro de Buga pero gorgoja ya en el siglo XVIII, ocupa el retablo lateral del lado de la Epístola, y un Crucifijo solitario, que añora a su Madre y al discípulo amado, agoniza en el otro.