martes, 29 de marzo de 2016

Estampas en sepia XIV- ¡Virgen del Carmen! (1)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985


 ¡Virgen del Carmen!


_ Josefita, ¿ya está la comida?

_ Ya´ntual ta´ron Manuel, voy a ve l´olla pa´juagala, pa´ponela...

Un domingo de estos se fue la luz y nos quedamos sin el desayuno y sin el almuerzo de todos los días. Cuando apretaba el hambre a mediodía, pedí dos pastillas de chocolate para entretenerla echando mano de un bocado que no probaba en muchos años.

Mascando chocolate me sumergí en los sabores de la infancia, me situé de nuevo al pie del poste y recordé las pastillas de entonces, aliñadas, hechas en la casa, redondas como icacos del patio de Carmelita Tejada, salpicadas de punticos blancos azucarados, deliciosas.

Nunca fui un buen gourmet y siento no haberlo sido para contar mejor cómo era la cosa. A Carmen Santacoloma cuando le ofrecían chocolate le servían solamente la pastilla y un vaso de agua.


El corredor interior de la casa de los abuelos.
Acuarela de Diego Salcedo S.

Misiá Carmen Vicaría no solo enseñaba piano sino que también intercambiaba platos con mi abuela, sobre todo en Navidades que era cuando se llenaban las calles de sirvientas y muchachos mandaderos que llevaban y traían fuentes de porcelana en bandejas de lo mismo o de plata martillada y cubiertas con servilletas primorosas: "Que misiá Carmen Arzayús que aquí le manda esta probadita de torta de coco y que muchas saludes". "Ay, gracias, ¿y usté que ha hecho, vea"? "Pues no, misiá Susana, naíta pensarla, ¿cómo sigue don Manuel"?

lunes, 21 de marzo de 2016

Estampas en sepia XIII- Pito, pito, colorito (2)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985


Pito, pito, colorito (2)


Había tiempo de llantas y tiempo de rayuela, tiempo de apostar aguinaldo y tiempo de hacer boleadoras con corozos de puerco y piolas largas.

Y tiempo de jugar a la pelota: " O-A, sin moverme, sin reírme, sin hablar, d´esta mano, 
 d´este pie, ade-lante, a-trás, adelante atrás, atrás y adelante, remo-lino, torbe-llino, media vuelta, vuelta entera..."

Y tiempo de jugar a las escondidas contando hasta cien antes de perseguir: "La gallina saratana puso un huevo en la ventana, puso uno, puso dos, puso tres..."

Y tiempo de jugar a las cuatro esquinas: "¿Hay huevos? En la otra esquina, ¿Hay huevos? En la otra esquina". Y así.

Arriba, izq. Diego Salcedo. Der. Una prima. Abajo Diego Salcedo.
Fotos archivo familiar.

Los tiempos de jugar a la pisiligaña si quedaban muy atrás:" Pisiligaña, pisiligaña, juguemos a la lagaña. ¿ Con qué mano la jugamos? Con la mano cortada. ¿Quién la cortó? El machetico. ¿Dónde está el machetico? Cortando la leña. ¿ Dónde está la leña? La pava la quemó. ¿ Dónde está  la pava? Poniendo el huevo. ¿ Dónde está el huevo? El padre se lo comió. ¿ Dónde está el padre? Diciendo la misa. ¿ Dónde está la misa? Envuelta en un papelito ¡ Al cieeeelo se subió!"

Jaime Salcedo Giler, Julia Elena de Salcedo y Diego Salcedo.
Foto archivo familiar.

Mi mamá cogía mi mano y me ponía el dedo del corazón sobre el dorso haciendo un movimiento suave de rotación: " Pisiligaña, pisiligaña..." Al final decíamos a coro : "¡ Al cieeelo se subió!"

Y había tiempo de jugar a las comitivas en el solar, y tiempo de jugar al papá y a la mamá.

"Tapo, remacho y me salgo del juego".



lunes, 14 de marzo de 2016

Estampas en sepia XIII- Pito, pito, colorito (1)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985


Pito, pito, colorito


El trabalenguas más popular era tal vez el que dice: "Salté tapia, caí en tierra, comí miel y yerba seca", porque al recitarlo ligero la cosa puede salir simpática. Ensayen y verán.

A mi papá le gustaba el de María Chuzena: "María Chuzena techaba su choza y un techador que pasó por allí, preguntó: María Chuzena, ¿ tu techas tu choza o techas la ajena? Y María Chuzena le contestó: Ni techo mi choza ni techo la ajena, yo techo la choza de María Chuzena". 

Pero yo prefería el de los cocos: "Compadre, cómpreme un coco. No, compadre, no lo compro porque como poco coco como, poco coco compro". Es estupendo.

"Tin marín de dos pinjué, cúcara mácara, títiri, ¡ Fue!, ¡La lleva!, y salíamos matándonos para que no nos la pegaran.

Fiesta,  Diego está justo detrás del ponqué,entre el niño y la niña de Primera Comunión.
Foto archivo familiar.


En el recreo del colegio de las Delgados jugábamos aquello de "Vamos a la huerta de Toro Toronjil, a ver a doñ´Ana comiendo perejil". En agosto llegaban las cometas al llano de San Juanito y a la loma de la Cruz. En otro tiempo era el trompo, o el balero, o las bolas. Había tiempo de saltar lazo y de tirar cauchera, o de hacer zumbambicos con tapas de cerveza aplanadas a piedra y con dos rotos al centro para pasar la piola. Los zumbambicos de las niñas eran de botones grandes pero no zumbaban ni cortaban las piolas de los otros como los que hacíamos con tapas.

Niños jugando bolas. Foto Google.




lunes, 7 de marzo de 2016

Estampas en sepia XII- De tejas para arriba (2)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985


De tejas para arriba (2)


La Semana Santa era por estilo, sin obispos ni cohetes y con matracas en vez de campanillas, pero si con sacolevas para poder llevar el Sepulcro la noche del Viernes Santo; los otros pasos los llevaban los cargueros contratados por las familias que habían vestido las andas.

Fueron bonitas esas procesiones mientras sacaron los santos viejos de madera que apenas tenían cabeza y manos porque lo demás era una armazón de varillas cubierta por las túnicas y los mantos de pana o terciopelo con galones en el ruedo, en el cuello y en las mangas, pero se dañaron porque empezaron a sacar santos nuevos hechos de pasta y pintados con sapolín que le quitaron sabor y tradición a los pasos.





El Jueves Santo por la tarde nos vestían de apóstoles con túnicas y sandalias y Chila nos llevaba a la Parroquia entrando por la sacristía directamente al presbiterio. A la hora del oficio nos quitaban las sandalias y el padre Rodas nos lavaba los pies en un platón de porcelana y nos besaba el empeine. Era maluco aunque llevábamos los pies muy limpios de antemano, porque de todas maneras nos daba pena.

Cuando había enfermo grave recibía el viático después de la bendición con el Santísimo que había por la tarde en la parroquia. El padre Buenaventura se vestía de capa pluvial y llevaba la Sagrada Forma bajo palio por las calles detrás de los monaguillos que iban con la cruz alta. Los vecinos salían a la puerta de las casas a ver pasar de rodillas la pequeña procesión y a rezar por el enfermo.

Fotografía de un entierro que nos da idea de la solemnidad de los actos religiosos.
En Corpus era lo mismo pero de día, con más gente y con el Santísimo expuesto en la custodia para visitar los monumentos que hacían en las esquinas.

El día de la fiesta de Cristo Rey salíamos cantando "Tu Reinarás" vestidos de cruzados con armaduras de cartón forrado en papel estaño y lanzas de palo plateadas que nos dejaban la pintura pegada en las manos. Con las armaduras reconstruíamos después las aventuras de Amadís de Gaula, de Lanzarote, Rolando y los Siete Infantes de Lara, tal como las habíamos leído en la Colección Araluce.

Procesión de la Virgen de la Victoria.