Estampas en sepia
Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"
Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca
Buga 1985
De tejas para arriba (2)
La Semana Santa era por estilo, sin obispos ni cohetes y con matracas en vez de campanillas, pero si con sacolevas para poder llevar el Sepulcro la noche del Viernes Santo; los otros pasos los llevaban los cargueros contratados por las familias que habían vestido las andas.
Fueron bonitas esas procesiones mientras sacaron los santos viejos de madera que apenas tenían cabeza y manos porque lo demás era una armazón de varillas cubierta por las túnicas y los mantos de pana o terciopelo con galones en el ruedo, en el cuello y en las mangas, pero se dañaron porque empezaron a sacar santos nuevos hechos de pasta y pintados con sapolín que le quitaron sabor y tradición a los pasos.
El Jueves Santo por la tarde nos vestían de apóstoles con túnicas y sandalias y Chila nos llevaba a la Parroquia entrando por la sacristía directamente al presbiterio. A la hora del oficio nos quitaban las sandalias y el padre Rodas nos lavaba los pies en un platón de porcelana y nos besaba el empeine. Era maluco aunque llevábamos los pies muy limpios de antemano, porque de todas maneras nos daba pena.
Cuando había enfermo grave recibía el viático después de la bendición con el Santísimo que había por la tarde en la parroquia. El padre Buenaventura se vestía de capa pluvial y llevaba la Sagrada Forma bajo palio por las calles detrás de los monaguillos que iban con la cruz alta. Los vecinos salían a la puerta de las casas a ver pasar de rodillas la pequeña procesión y a rezar por el enfermo.

Fotografía de un entierro que nos da idea de la solemnidad de los actos religiosos.
En Corpus era lo mismo pero de día, con más gente y con el Santísimo expuesto en la custodia para visitar los monumentos que hacían en las esquinas.
El día de la fiesta de Cristo Rey salíamos cantando "Tu Reinarás" vestidos de cruzados con armaduras de cartón forrado en papel estaño y lanzas de palo plateadas que nos dejaban la pintura pegada en las manos. Con las armaduras reconstruíamos después las aventuras de Amadís de Gaula, de Lanzarote, Rolando y los Siete Infantes de Lara, tal como las habíamos leído en la Colección Araluce.

Procesión de la Virgen de la Victoria.
Diego Salcedo Salcedo
Buga 1985
De tejas para arriba (2)
La Semana Santa era por estilo, sin obispos ni cohetes y con matracas en vez de campanillas, pero si con sacolevas para poder llevar el Sepulcro la noche del Viernes Santo; los otros pasos los llevaban los cargueros contratados por las familias que habían vestido las andas.
Fueron bonitas esas procesiones mientras sacaron los santos viejos de madera que apenas tenían cabeza y manos porque lo demás era una armazón de varillas cubierta por las túnicas y los mantos de pana o terciopelo con galones en el ruedo, en el cuello y en las mangas, pero se dañaron porque empezaron a sacar santos nuevos hechos de pasta y pintados con sapolín que le quitaron sabor y tradición a los pasos.
El Jueves Santo por la tarde nos vestían de apóstoles con túnicas y sandalias y Chila nos llevaba a la Parroquia entrando por la sacristía directamente al presbiterio. A la hora del oficio nos quitaban las sandalias y el padre Rodas nos lavaba los pies en un platón de porcelana y nos besaba el empeine. Era maluco aunque llevábamos los pies muy limpios de antemano, porque de todas maneras nos daba pena.
Cuando había enfermo grave recibía el viático después de la bendición con el Santísimo que había por la tarde en la parroquia. El padre Buenaventura se vestía de capa pluvial y llevaba la Sagrada Forma bajo palio por las calles detrás de los monaguillos que iban con la cruz alta. Los vecinos salían a la puerta de las casas a ver pasar de rodillas la pequeña procesión y a rezar por el enfermo.
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Fotografía de un entierro que nos da idea de la solemnidad de los actos religiosos. |
En Corpus era lo mismo pero de día, con más gente y con el Santísimo expuesto en la custodia para visitar los monumentos que hacían en las esquinas.
El día de la fiesta de Cristo Rey salíamos cantando "Tu Reinarás" vestidos de cruzados con armaduras de cartón forrado en papel estaño y lanzas de palo plateadas que nos dejaban la pintura pegada en las manos. Con las armaduras reconstruíamos después las aventuras de Amadís de Gaula, de Lanzarote, Rolando y los Siete Infantes de Lara, tal como las habíamos leído en la Colección Araluce.
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Procesión de la Virgen de la Victoria. |
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