lunes, 25 de abril de 2016

Estampas en sepia XV- Los del Papayo (2)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985



Los del papayo(2)


Papunga barría paredes y desyerbaba patios, y Te Pego Concha hacía mandados en una carretilla de mano desvencijada. Cuando los muchachos le gritaban el apodo, dejaba la carreta en mitad de la calle y salía a perseguirlos a las pedradas.

Florentino Abadía era pacífico, bonachón y se comprometía como sirviente "de adentro" unas veces en la casa del doctor José María y otras donde misiá Victoria. O estaba en una casa o estaba en la otra, porque se consideraba a sí mismo una especie de propiedad de ambas familias. Le preguntábamos: 

- ¿Cómo es que te llamás, Floro?

- ¡ Florentino Abadía, Popayán Buga!




Tinto era el más conocido y lo quisimos mucho los bugueños durante los largos años que vivió: Visitaba su clientela, pidiendo cinco centavos, sin equivocar el día de la semana que había convenido con cada quien. Modelaba caballitos y vacas con barro y los secaba al sol, tallaba gallinazos de carbón de leña para los pesebres, hacía pistolas y escopeticas de palo, imitaba al doctor Alejandro y a muchos personajes de la tertulia del parque.

Así se ganaba la vida, haciendo sonreír a la gente y sin causarle mal a nadie. Cuando alguien lo molestaba abusando de él, soltaba la única palabra que le oímos pronunciar:

- ¡ Taajo!

Y siempre encontraba quien lo defendiera.

lunes, 18 de abril de 2016

Estampas en sepia XV- Los del Papayo (1)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985



Los del papayo(1)



Mijobello era hijo de Miquerengüengue y cuando iba a las casas la gente le preguntaba que cuáles eran los tontos de Buga. Él respondía, con toda honestidad, contando en los dedos:

- Los tontos de Buga somos los Tutos, los Tres Terremotos, Miquerengüengue y yo.

Esos no me tocaron, como tampoco me tocó la Culebraboba, ni la Choncha, ni la Loca de la Maleta, ni la Loca Hortensia, ni el doctor Caco, ni Petrona Salazar, que andaba con la cara tapada por un trapo a manera de velo bajo el sombrerote que se ponía. Cuando le preguntaban que por qué se tapaba, decía con voz cavernosa:

- ¡Porque soy un moscorrofio!



Tampoco me tocaron Pandeyuca ni Huevo´epato. A Huevo´epato lo usaban para asustar a los muchachos y llegaba a las casas, los ponía en fila y los obligaba a recitar los artículos de la fe y las obras de misericordia. Le tenían terror, según me cuenta mi mamá.

Pero conocí a Tepica, caballero en un palito de escoba, a Majaja, a Papunga, a Te Pegó Concha, a Florentino Abadía, a Tinto...

Cada vez que los bugueños querían hacerle oposición al gerente del acueducto inventaban el cuento de que la víspera había aparecido el cadáver de Majaja flotando en los tanques de la planta de tratamiento. Entonces todo el mundo se ponía a hervir el agua de echar a la tinaja, para desinfectarla.

martes, 5 de abril de 2016

Estampas en sepia XIV- ¡Virgen del Carmen! (2)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985


 ¡Virgen del Carmen!(2)


Rica la mermelada de naranjas agrias de misiá Carmen Delgado, rica la torta de pastores de misiá Carmen Dorronsoro, rica la sopa borracha de misiá Victoria, rico el desamargado, ricas las brevas, rico el manjarblanco que hacía Clemencia en el fogón de tulpas que prendía en la mitad del patio de atrás, frente al corredor de la cocina, y al que colaborábamos los hombres moviendo el mecedor por turnos con la promesa de que nos dejaran raspar después el mecedor y la paila.

El patio de atrás de la casa de la abuela, frente al corredor de la cocina.
Acuarela de Diego Salcedo S.


Ricos los muñecos de masa de maíz que me hacía Julia Ortega, y las pepas de árbol del pan que cocinaba y las sopas de plátano y los sancochos de uña, con plátano y yuca y zapallo y no con papas como hacen ahora.

- Cómase el zapallo mijo, cómase el zapallo para que se le engorden las piernas, decía Chila. A ella, por lo visto, nunca le hicieron comer zapallo.


Y las tajadas aborrajadas y el cuscús y el masato y la natilla y el melao con natas y el pandebono de Carmen Varela, y los tamales y las empanadas de a verdad que nos comíamos en ese tiempo. Y los platos de arrozconleche con biscochuelo y melado que le gustaban a mi abuela. Claro que sabían distinto porque la manteca era de cerdo y el fogón era de leña.

- Madre mi Señora, ¡Se botó la leche!, decía ella, y alguien corría para bajar la olla del reververo de alcohol marca "Primus", que quedaba empantanado de leche chamuscada.

- ¡ Ocurrencia peregrina! Dizque echarle el aguacate a la sopa...¡Dónde se ha visto, si el aguacate es pa´comérselo con el melao!

- Ñor José me dijo que pa´con sopa, decía mi tío, y nadie lo sacaba de ahí!

Ambos tenían razón, porque el aguacate con melao es una delicia, y con sopa también.