sábado, 7 de mayo de 2016

Estampas en sepia XVI- Aguafuerte (1)

Estampas en sepia

Diego Salcedo Salcedo
"Zumbambico"

Para el concurso " Recuerdos de mi Pueblo"
de la Junta Regional de Cultura
del Valle del Cauca

Buga 1985



Aguafuerte (1)

Eran ocho millones los colombianos cuando empezó la guerra, pero los de Londres también eran ocho millones, y los de Nueva York. Según el censo, éramos treinta mil los bugueños y cien mil los de Cali. En pié de igualdad, ambas ciudades habían luchado el año diez por ser la capital del Valle, y ganó Cali. Llevábamos casi seis lustros de pena moral por eso, transmitida de padres a hijos, y no sabíamos qué hacer para arreglar las cargas.

Antigua calle del Comercio. Carrrera 13, calle 6

La crisis del año treinta había arruinado a nuestro comerciantes, importadores mayoristas de bien ganada fama y respaldados por tierras que se fueron para pagar las deudas. Se salvaron del desastre fortunas basadas en cultivos de arroz y caña o en la ganadería, pero los sucesores de los viejos hidalgos campesinos no se habían educado más allá de aprender las cuatro operaciones porque siempre cifraron su futuro en la herencia. Aparecieron líderes cívicos de clara extracción popular y empezaron a pisar duro saliendo por su clase y trepando sin pausa en la escala social.

Ya no fueron bugueños los comerciantes, ya se llamaban Fritz Mayer, Max Alcalay, Samuelito o Abraham Akerman, y don Saulo Patiño era excepción singular a la nueva regla.



Vimos a muchos morir de pobres teniendo fincas que ahora son emporios de riqueza gracias a la tecnología, un embeleco que apenas si lo usaban los japoneses en tierras de Palmira; vimos alcaldes que creían luchar contra el atraso ordenando cortar los palos de los solares o quitando aleros y ventanas antiguas en las casas porque el Cali hacían áticos los del barrio Granada; vimos que habían demolido la Ermita porque ya estaba el Templo y hacía falta el lote para sembrar unas parras; vimos crecer el mito de la Ciudad Señora mientras se gorgojeaba el armazón que había inspirado el título.



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