El altar fue despojado de sus tallas y molduras, que fueron sustituidas por otras. El despojo, sin embargo, no fue total,
y en los rincones poco visibles quedaron trozos de molduras que sirven de base para la restauración y permanecen
en su sitio como testigos. Huellas de las tallas, de diseño similar a otras no destruídas, completan los datos necesarios.
( Texto Diego Salcedo Salcedo)
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